A continuación, leerás una historia de Brittany Webb, quien explica por qué no debería preocuparte si la familia de tu pareja se acepta o no.
IMAGEN: PEXELS
¿Les caigo bien a sus padres? No, para nada.
Durante los primeros dos años de nuestra relación, los padres de Luke y yo tuvimos una relación fantástica. Su madre y yo éramos muy cercanas - yo esperaba con interés las visitas de las vacaciones sólo para sentarme en una mesa y hablar con ella durante horas. Pero cuando su hermana, Sarah, regresó a finales de 2014, las cosas comenzaron a complicarse.
Siempre me había caído bien su hermana viajera y pensaba que los sentimientos eran mutuos. Pero cuando se mudó de nuevo con sus padres después de haber revocado su visa en europea, hizo todo lo posible para hacerme sentir terrible. Me llamaba la "pequeña amiga" de Luke y se burlaba cuando decía que quería incursionar en la política. Era irritante, pero aun manejable.
La tensión finalmente termino en lo que llamamos “el desastroso día de acción de gracias del 2014”.
Ese día de Acción de Gracias, Luke y yo visitamos la casa de sus padres en Luisiana. Cuando nuestro gato, que viajó con nosotros, jugó con algunas de las joyas de Sarah, ella me acusó de querer tomarlas. Le dijo a Luke que sólo estaba interesada en el dinero de su familia y, porque yo tenía un trastorno alimenticio, era un sociópata. Sus padres estaban allí, sin hacer nada, mientras ella gritaba y golpeaba el puño sobre la mesa de la cocina.
Finalmente nos cansamos de los insultos, así que cogimos al gato y nos fuimos. Sarah le envió a Luke un correo electrónico de siete páginas más tarde esa semana que incluía un análisis de escritura a mano (autodidacta) de las cartas que yo le manda a sus padres para saludarlos, una crítica de mi "extraña" capacidad de tener aspiraciones y un análisis psicológico de mi personalidad. Cuando se lo mostré a mi psicólogo actual, se rió de ello durante toda la sesión. Los padres de Luke apoyaron a Sarah y, en poco tiempo, se volvieron tan ofensivos conmigo como ella.
Ahora, Luke y yo hablamos con su familia quizás una vez al año.
Así que, en respuesta a la pregunta inicial, ¿le caigo bien a sus padres? No, no, no les caigo bien. Pero no dejo que eso me afecte, yo estoy con Luke, no con su familia.
Independientemente de cómo otras personas me etiqueten, no odio los lazos familiares. Luke y yo estamos muy cerca de mi familia. Pero esa cercanía no estaba garantizada porque estábamos relacionados; Más bien, mi familia nos respeta y demuestra ese respeto. Trabajan en mantener una relación sana y positiva, y nosotros simplemente correspondemos a eso.
Juntos, mi familia estableció límites para las llamadas telefónicas, así que permanecemos conectados, pero no nos sofocamos. Estamos de acuerdo en pasar siempre la Navidad juntos en Arkansas, pero cada otra fiesta está abierta para lo que queramos hacer como pareja. Pero, lo más importante, si tenemos una pregunta o un malentendido, somos abiertos y honestos al respecto.
Algunas personas han señalado con acierto que es fácil para mí hacer estas afirmaciones porque no es mi familia de la que me estoy distanciando. ¿Seguiría haciendo estas afirmaciones si fuera mi familia? Quiero decir que sí, pero creo que sería muy difícil.
Luke y yo hemos pasado horas discutiendo lo que queremos que suceda con la relación entre nosotros y sus padres. Yo estaba abierta a las vacaciones ocasionales, y además él dijo que haría visitas sin mí.
Compramos libros y leí artículos sobre diferentes pasos a seguir para llegar a una solución a nuestro problema. Pasé por todos los escalones, hablando directamente con sus padres y probando diferentes tácticas de reconciliación. Como Luke y yo vivimos un estado alejado de el de sus padres, traté de discutir mis sentimientos con ellos vía correo electrónico, pero los correos electrónicos fueron ignorados.
Finalmente pedí hablar con sus padres en persona, pero en medio de mí explicación de por qué estaba molesta por sus acciones, su madre se arrastró a través de la mesa y gritó, "Mejor no digas nada, Brittany Dawn Webb.” Después de que limpié la saliva de mi cara, me di cuenta de que ambos queríamos cosas diferentes y no íbamos a llegar a ninguna solución.
Tiempo después, cuando nos íbamos a casar, le enviamos a sus padres la invitación por email, a lo cual respondieron, “Ya no eres el mismo Luke al que amábamos”. Luke en un principio se sintió muy herido, pero supo manejarlo y tomamos la decisión de cortar total comunicación con su familia.
Creo que la idea de "casarse" con la familia de tu pareja es terrible porque no tiene sentido. A menos que elijas una relación poliamorosa o abierta, sólo hay dos personas que deberían estar directamente involucradas en la construcción y el mantenimiento de tu relación: tú y tu pareja.
No vivimos con nuestras familias. Cuando me despierto por la mañana, estoy mirando a Luke, no a mi suegra. Y cuando pongo una copa de vino y me siento en un porche, es con mi pareja de varios años, no su papá.
Nadie debe ser obligado a establecer una relación con personas que no te quieren ni respetan. Hago lo que es mejor para mi relación con mi pareja y mi propia salud.
Comentarios
Publicar un comentario